KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 103-125. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.06
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Eduardo G. Zurita-Moreano, Nelly S. Maliza-Chavez, María G. González Bautista
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2020), Latinoamérica uctúa
en el segundo lugar en cuanto a la tasa de fertilidad con un promedio entre 1,7 y 2,5 hijos por
mujer en 2020, pero aun así los niveles de pobreza se caracterizan por la 15 heterogeneidad y
son Bolivia, Colombia, México y Honduras las naciones que presentan las mayores tasas de
pobreza y pobreza extrema en ese año. Sin embargo, también se debe tomar en cuenta que en
2020 ocurrió la pandemia de COVID-19 que afectó a nivel económico, social, psicológico,
entre otros.
Es así como entre 2019 y 2020 la CEPAL (2020) evidenció que 4,5% de los hogares
latinoamericanos con bajos ingresos empeoraron aún más su situación, lo que corresponde
a 115 millones de personas y 33,7% de población vulnerable económicamente. Además, el
comportamiento de la fertilidad en los dos últimos lustros se ha mantenido con variaciones
lentas a la baja, sobre todo en países que registran altos niveles de pobreza; como es el caso
de Honduras que presenta el 52,3%, mientras que Colombia, Bolivia, El Salvador, Argentina,
Ecuador y República Dominicana se encuentran en un rango de veinte a treinta puntos
porcentuales. Finalmente, Paraguay, Brasil, Costa Rica, Perú y Panamá alcanzan menos del
19% de la pobreza total descrita por la CEPAL.
En el caso de Ecuador, según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE, 2021), los hogares
conformados a partir de seis miembros en adelante evidenciaron un crecimiento de 9,5% del
índice de pobreza entre 2019 y 2021, y es el sector rural el más afectado, pues se posiciona
con un índice del 49,2%. En cuanto a la tasa de fertilidad se observa un leve decrecimiento en
el último lustro: de 2,5 hijos en 2015 a 2,4 hijos en 2019. Por otro lado, los datos del Banco
Mundial (2018) muestran que los hogares con pobreza extrema en el país tienen un promedio
de 7,7 integrantes, de los cuales 3,5 son menores de edad y considerados en la mayoría de los
casos como capital de trabajo, hecho que da paso a que existan niveles más bajos de escolaridad,
ingresos y deciencias en la salud y nutrición.
En este contexto, Castañeda y Llanos (2012) explican que el índice de fertilidad es un factor
signicativo que aporta a que el nivel de pobreza se mantenga y en ciertos casos se incremente,
sobre todo en estados vulnerables en los que no hay planicación familiar alguna. Villasmil
(1998) arma que las familias con bajos recursos que tienen elevadas tasas de fertilidad
constituyen uno de los principales problemas sociales que deben ser valorados y estudiados en
el ámbito cultural y económico.
Esta problemática, tal como lo describe García (2018), tiende a profundizarse más debido al
excesivo número de hijos que limita los recursos económicos de un hogar, lo que conlleva a
que los hijos trabajen más pronto para generar ujos adicionales de ingresos.