ISSN No. 2631-2743
U
NIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO
FACULTAD DE
CIENCIAS POLÍTICAS Y
ADMINISTRATIVAS
,
Myriam L. Merino-Rosero
mylomero@gmail.com
Instituto Superior Tecnológico
General Eloy Alfaro (ISTGEA)
(La Joya de los Sachas - Ecuador)
ORCID: 0009-0001-0468-3756
Gladys A. Sabando-Murillo
mailto:gsabando@institutos.gob.ec
Instituto Superior Tecnológico
General Eloy Alfaro (ISTGEA)
(La Joya de los Sachas - Ecuador)
ORCID: 0009-0004-6906-4026
Mery S. Siquihua-Aviles
ssiquihua@institutos.gob.ec
Instituto Superior Tecnológico
General Eloy Alfaro (ISTGEA)
(La Joya de los Sachas - Ecuador)
ORCID: 0009-0004-6906-4026
Oscar B. Guadalupe-Arias
oscarbgaaa@hotmail.com
Investigador Independiente
ORCID: 0000-0003-3683-080X
Recibido: 13/09/23
Aceptado: 04/11/23
COMPETITIVIDAD Y
DESARROLLO SOSTENIBLE:
UN ESTUDIO DE DATOS
DE PANEL PARA AMÉRICA
LATINA
COMPETITIVENESS AND
SUSTAINABLE DEVELOPMENT:
A PANEL DATA STUDY FOR
LATIN AMERICA
DOI:
https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
KAIRÓS, Vol. (7) No. 12, pp. 24-43, enero - junio 2024
ISSN No. 2631-2743
,
Resumen
El objetivo es identicar la inuencia del ecosistema en la
competitividad y el desarrollo sostenible, considerando para
ello variables propias de las dimensiones social, económica
y ambiental. Empleando un análisis de datos de panel, se
estimó la relación entre el índice de desarrollo sostenible, las
variables ambientales (emisiones de CO2) y los pilares de la
competitividad. Los resultados indican que la sostenibilidad
se explica por la institucionalidad, la educación, el desarrollo
nanciero y la innovación; mientras que las emisiones de CO2 se
ven afectadas por la infraestructura, el entorno macroeconómico,
la educación, el desarrollo nanciero, el tamaño mercado y la
innovación. En la región se evidencian mejoras en la dimensión
social y económica del desarrollo sostenible, más no así en la
reducción de emisiones de CO2 y de huella de materiales. Se
puede concluir que los pilares de la competitividad generan un
impacto positivo en el índice de sostenibilidad, en tanto que en
las emisiones de CO2 se evidencia una relación inversa con la
estabilidad macroeconómica.
Palabras clave: Competitividad, desarrollo sostenible,
innovación, datos de panel.
Abstract
The purpose is to identify the inuence of the ecosystem on
competitiveness and sustainable development, considering
variables specic to the social, economic and environmental
dimensions. Using a panel data analysis for Latin American
countries, with xed and random eects, to be selected
through the Hausman test, the relationship between the
sustainable development index, the environmental variables
(CO2 emissions) and the pillars of the competitiveness. The
results indicate that sustainability is explained by institutions,
education, nancial development and innovation; while CO2
emissions are aected by infrastructure, the macroeconomic
environment, education, nancial development, market size
and innovation. In the region, improvements are evident in the
social and economic dimension of sustainable development, but
not in the reduction of CO2 emissions and material footprint.
From these ndings it can be concluded that the pillars of
competitiveness have a positive impact on the sustainability
index, while CO2 emissions show an inverse relationship with
macroeconomic stability.
Keywords: Competitiveness, sustainable development,
innovation, panel data
COMPETITIVIDAD Y
DESARROLLO SOSTENIBLE:
UN ESTUDIO DE DATOS
DE PANEL PARA AMÉRICA
LATINA
COMPETITIVENESS
AND SUSTAINABLE
DEVELOPMENT: A PANEL
DATA STUDY FOR LATIN
AMERICA
DOI:
https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
KAIRÓS, Vol. (7) No. 12, pp. 24-43, enero - junio 2024
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
26
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Introducción
El desarrollo sostenible, como alternativa a los procesos de crecimiento intensivos en el factor
capital, trata de centrar los esfuerzos en satisfacer las necesidades de la sociedad, mejorando
su calidad de vida, al tiempo que propone la preservación de la naturaleza. De esta forma,
se plantea una visión interrelacionada de la dimensiones económica, social, institucional
y ambiental (Brundtland, 1987; Sachs, 2015). El desarrollo sostenible implica, por tanto,
encontrar formas de crecimiento económico que sean socialmente inclusivas y respetuosas
con el medio ambiente. Busca conciliar el progreso económico con la equidad social y la
protección y conservación de los recursos naturales y los ecosistemas (Umaña, 2000).
En este afán por integrar armónicamente todas las dimensiones, el reto desde la dimensión
económica es el de generar nuevos modelos de negocios, procesos de asociatividad, incorporar
innovación, emprendimientos y tecnología que generen circularidad, minimicen el impacto en
el medio ambiente y sean responsable con la sociedad. Todos estos cambios, deben estimular
la gestión sostenible de los recursos naturales, incluyendo el uso responsable de la tierra, el
agua, la energía y los recursos biológicos. Con ello se pretende evitar el uso indiscriminado de
los servicios ecosistémicos, a partir de los cuales se logra el aprovisionamiento, la regulación
y hasta los medios de recreación.
Desde el punto de vista social, la equidad en la distribución de los benecios y oportunidades del
desarrollo deben asegurar que todas las personas tengan acceso a condiciones de vida dignas,
servicios básicos, educación, salud y participación en la toma de decisiones (Sepúlveda, 2008).
En la dimensión institucional, es clave la participación de la sociedad civil, las comunidades
locales y los diferentes actores en la generación de oportunidades en el territorio. Se requiere
de una gobernanza efectiva, transparente y responsable, promoviendo la rendición de cuentas
y la colaboración entre los sectores público, privado y la sociedad civil (Montañez et al., 2011).
Además, estos procesos demandan un marco normativo y regulatorio que estimule las mejores
prácticas en términos de preservación de la naturaleza, considerándola como un patrimonio o
activo no sustituible, constituyéndose así en el punto de partida para la concepción de la visión
fuerte del desarrollo sostenible (Winchester, 2006).
Con respecto a la dimensión económica, tal como se indicó, se debe promover una economía
que sea resiliente, diversicada y orientada hacia la sostenibilidad, tratando de buscar la
eciencia en el uso de los recursos, la promoción de industrias sostenibles, la innovación
tecnológica y la creación de empleo sostenible, bajo las premisas de la economía ambiental o
la economía ecológica (Vergara y Ortiz, 2016).
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
27
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
En este contexto, la competitividad no puede ser concebida como la maximización de la
producción, sin considerar elementos claves de la innovación y circularidad, además de la
responsabilidad social corporativa. Orientando no solo los esfuerzos a desarrollar la capacidad
de las empresas, industrias o países para competir en los mercados globales y lograr una ventaja
en términos de eciencia, calidad, innovación y precios competitivos, sino a la promoción de
prácticas sostenibles (Balkyte y Tvaronavičiene, 2010).
En términos agregados o de país, la competitividad guarda relación con esa capacidad de una
nación para generar y mantener un entorno favorable que promueva el crecimiento económico
sostenible, la productividad, la innovación, la inversión y la calidad de vida de sus ciudadanos.
La competitividad de un país depende de una serie de factores que interactúan entre sí, entre
los que destacan el entorno empresarial, la infraestructura, la educación, la innovación y la
capacidad tecnológica, el acceso a mercados y la estabilidad macroeconómica.
Un entorno empresarial favorable es esencial, pues considera la facilidad para hacer negocios,
la eciencia de los procesos burocráticos, la protección de los derechos de propiedad, la calidad
de la regulación, la estabilidad política y la ausencia de corrupción (Montañez et al., 2011).
Adicionalmente, la competitividad requiere de la consolidación de áreas como transporte,
energía, comunicaciones e instalaciones logísticas, pues facilita el comercio, la movilidad, la
conectividad y el acceso a los mercados internacionales.
La disponibilidad de una fuerza laboral educada, capacitada y altamente cualicada promueve
la productividad, la innovación y la capacidad de adaptación de los trabajadores a los cambios
tecnológicos y económicos (Krstić, 2021). Mientras que la innovación permite generar y adoptar
nuevas tecnologías y procesos que surgen como resultado de la investigación y el desarrollo,
la colaboración entre empresas y universidades, la protección de la propiedad intelectual y la
promoción de la transferencia de tecnología. Este proceso de innovación debe estar orientado
a la preservación del medioambiente, promoviendo prácticas sostenibles.
El acceso a los mercados internacionales y la participación en cadenas de valor global
se fortalecen mediante la eliminación de barreras comerciales, la promoción de tratados
comerciales favorables, la diversicación de los mercados de exportación y la atracción de
inversión extranjera directa. Por último, la estabilidad macroeconómica, que incluye la inación
controlada, la estabilidad cambiaria, una deuda sostenible y políticas scales equilibradas,
generan un entorno estable que favorece la inversión, la conanza empresarial y el crecimiento
económico sostenible (Winchester, 2006).
De esta forma, los factores que condicionan a la competitividad y constituyen su ecosistema,
también se relacionan con el desarrollo sostenible (Gligor y Jurcu, 2014. En primer lugar,
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
28
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
la competencia fomenta la innovación y la adopción de tecnologías más ecientes y limpias
(Vergara y Ortiz, 2016). Para mantenerse competitivas, las empresas buscan constantemente
formas de mejorar sus procesos y productos, lo que puede llevar a avances en prácticas
sostenibles. La innovación y la tecnología desempeñan un papel crucial en el desarrollo
sostenible. La relación entre ambas es estrecha y se refuerzan mutuamente en la búsqueda de
soluciones sostenibles (Campo et al., 2018).
De manera que la innovación y la tecnología pueden ayudar a mejorar la eciencia en el uso
de los recursos naturales (Teletov et al., 2017); además, son fundamentales para la transición
hacia fuentes de energía más limpias y renovables, contribuyendo a mitigar el cambio climático
y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin dejar de lado que la innovación y
la tecnología son fundamentales para promover la economía circular, que busca maximizar la
utilización de los recursos y minimizar los residuos (Crespo y Sabadie, 2020). A través de la
innovación en el diseño de productos, el reciclaje avanzado, la reutilización y la remanufactura,
se pueden cerrar los ciclos de materiales y reducir la extracción de recursos naturales (Almeida-
Guzmán y Díaz-Guevara, 2020).
En segundo lugar, la competencia puede impulsar a las empresas a utilizar los recursos de
manera más eciente. Aquellas que encuentran formas de minimizar el uso de energía, agua y
materias primas pueden reducir sus costos y mejorar su competitividad. Esto, a su vez, puede
tener un impacto positivo en la sostenibilidad al reducir la presión sobre los recursos naturales.
Esta eciencia de recursos implica utilizar los recursos de manera más efectiva, evitando
su desperdicio y agotamiento innecesario, así se reducen las emisiones de gases de efecto
invernadero y la generación de residuos. Asimismo, la aplicación de prácticas de gestión de
residuos ecientes puede disminuir la cantidad de desechos generados y promover su reciclaje
o reutilización (Almeida-Guzmán y Díaz-Guevara, 2020).
En tercer lugar, los avances en la competitividad pueden llevar a un mayor cumplimiento de
las regulaciones ambientales, asociadas con las emisiones, desechos y prácticas sostenibles
en general. De esta forma, la institucionalidad y el marco normativo desempeñan un papel
fundamental en el desarrollo sostenible (Gupta, 2002), pues son esenciales para promover
prácticas sostenibles y establecer mecanismos de incentivos económicos como subsidios,
exenciones scales o sistemas de comercio de emisiones, por lo cual, una débil competitividad
e institucionalidad conduce a un crecimiento no sostenible (Arroyo, 2020)
Además, la institucionalidad puede fomentar la participación ciudadana y la gobernanza
inclusiva en la toma de decisiones relacionadas con el desarrollo sostenible, mediante la
creación de espacios y mecanismos para que los ciudadanos, las comunidades locales y las
organizaciones de la sociedad civil participen en la elaboración de políticas y en la supervisión
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
29
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
de su implementación (Montañez et al., 2011).
En cuarto lugar, en cuando al acceso al mercado, las empresas que demuestran su compromiso
con la sostenibilidad pueden acceder a nuevos mercados y atraer a consumidores preocupados
por el medio ambiente, lo que genera incentivos para la adopción de prácticas más sostenibles
para mantener su competitividad (Zeibote et al., 2019).
No solo el acceso a mercados inuye, sino el tamaño de las empresas, las más grandes tienen la
capacidad de implementar prácticas sostenibles a gran escala y generar impactos signicativos
en la sociedad y el medio ambiente. Estas empresas pueden invertir en tecnologías más limpias,
adoptar estándares de sostenibilidad y promover la responsabilidad social corporativa. Tanto
el acceso a mercados como el tamaño de las empresas están estrechamente relacionados
con la innovación y el emprendimiento, la generación de empleo y el desarrollo social, la
responsabilidad y la rendición de cuentas de las organizaciones frente a la sostenibilidad
(Zeibote et al., 2019).
En quinto lugar, el desarrollo nanciero es fundamental para la movilización de recursos
necesarios para nanciar proyectos y actividades relacionadas con el desarrollo sostenible (Pérez,
2021). El acceso a nanciamiento adecuado y asequible es crucial para impulsar inversiones en
energías renovables (Acero, 1999), eciencia energética, agricultura sostenible, infraestructura
sostenible y otros sectores que contribuyan al desarrollo sostenible (Ahmadullina et al., 2018).
El desarrollo nanciero también puede fomentar la innovación en productos y servicios
nancieros como el surgimiento de las nanzas verdes y sostenibles, que han dado lugar a
productos nancieros como bonos verdes, préstamos verdes y seguros climáticos, que canalizan
el capital hacia proyectos y actividades sostenibles (Ahmadullina et al., 2018). La innovación
nanciera también puede incluir el desarrollo de modelos de nanciamiento innovadores,
como la nanciación basada en resultados o los mecanismos de nanciamiento colectivo
(crowdfunding), que permiten a los proyectos sostenibles acceder a fondos de manera más
eciente (Gligor y Jurcu, 2014).
Adicionalmente, la infraestructura de competitividad bien desarrollada y mantenida mejora la
conectividad y facilita el comercio, la inversión y el ujo de personas y bienes, promoviendo el
desarrollo económico, la creación de empleo y el aumento de la productividad, que contribuyen
con el desarrollo sostenible (Winchester, 2006). En cuanto al entorno macroeconómico, un
crecimiento económico equitativo e inclusivo puede contribuir a la reducción de la pobreza y
la mejora del bienestar social, aspectos esenciales del desarrollo sostenible (Winchester, 2006).
De manera tal que las políticas scales y monetarias pueden desempeñar un papel importante
en la promoción del desarrollo sostenible.
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
30
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Sin lugar a duda, la educación desempeña un papel fundamental en la creación de conciencia
y conocimiento sobre los desafíos y oportunidades del desarrollo sostenible (Krstić, 2021); las
personas adquieren conocimientos sobre los problemas ambientales, sociales y económicos
que enfrenta el mundo, así como sobre las soluciones y prácticas sostenibles existentes. Esto
promueve la conciencia ambiental y social, y fomenta la participación en la búsqueda de
soluciones sostenibles. Por último, el mercado laboral juega un papel crucial en la creación de
empleo sostenible, que es aquel que promueve la equidad, la inclusión y el respeto por el medio
ambiente. Esto implica la generación de empleos que contribuyan al desarrollo económico y
social, al tiempo que minimizan los impactos negativos en los recursos naturales y el ecosistema
(Sánchez y Moreno, 2011).
Esta relación directa entre la sostenibilidad y la competitividad a través de mejoras en términos
de innovación y de los factores adicionales mencionados a lo largo de esta sección, es abordada
en diferentes estudios como los de Pascual (2001), Muñoz y López (2014), Frohmann et al.
(2015), Arroyo (2020) y Calleja y Alquézar (2020),
De esta forma, la competitividad a través de sus diferentes factores puede propiciar un cambio
en patrones, procesos, hábitos, estructuras y hasta normativas que propendan al fortalecimiento
de los logros ambientales, económicos y sociales del desarrollo sostenible. Ante esta causalidad
teórica, el estudio busca comprobar si para países latinoamericanos estos factores que fortalecen
la competitividad logran afectar el desarrollo sostenible, por un lado, desde una concepción
antropocéntrica, que incluye no solo la dimensión social y económica, sino la ambiental y, por
otro, considerando únicamente las variables ambientales como las emisiones de CO2.
Metodología
Para comprobar la causalidad se emplearon desde el punto de vista de la competitividad, como
variables explicativas, los pilares estimados por el Foro Económico Mundial (WEF, 2019). El
índice del Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) “toma de base la teoría
de Michael Porter; el cual hace explícita la diferencia en el nivel de análisis, de un nivel macro
y micro cuando se toma a un país como unidad de análisis” (Solano et al., 2017, p. 126).
A partir del año 2018, se estudian cuatro dimensiones: el entorno o ambiente propicio, el capital
humano, los mercados y el ecosistema de innovación, que están constituidos por pilares o
indicadores (WEF, 2019). Anteriormente el índice se agrupaba en tres dimensiones que eran los
requerimientos básicos, la eciencia y la sosticación de los negocios, dimensiones que serán
las empleadas en este estudio.
En el caso del entorno o ambiente propicio se incluyen a las instituciones, la infraestructura
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
31
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
y el entorno macroeconómico. En cuanto al capital humano, se considera a la educación
tanto a nivel básica como superior o universitaria. Mientras que en los mercados se estudia al
mercado laboral, el mercado de bienes y el tamaño del mercado. Por último, en el ecosistema
de innovación se incorpora la tecnología, el desarrollo del sistema nanciero, la dinámica de
los negocios y la innovación propiamente dicha.
El índice global de competitividad hasta 2017 fue elaborado en una escala del 1 al 7, siendo
un país más competitivo aquel que se ubica en los mayores valores. A partir del año 2018 se
modica la escala a un rango de 0 a 100. Se realizaron los ajustes para considerar los datos en
la escala inicial. Estos pilares se constituyen en las variables explicativas de la sostenibilidad,
mediada a través del índice de desarrollo sostenible -sdi- (Hickel, 2020) y de las variables
ambientales como emisiones de CO2.
En el caso del sdi, es un índice propuesto desde la concepción antropocéntrica del desarrollo
sostenible que relaciona a las variables del índice de desarrollo humano (ingreso, educación
y salud), que se constituyen en el numerador del cálculo, con las variables ambientales de
emisiones de CO2 y huella de materiales, que se ubican en el denominador.
De esta forma, si el crecimiento económico eleva los indicadores sociales y el ingreso, la única
forma de mejorar en términos de sostenibilidad es que no sea a costa de mayores emisiones o
contaminación, lo que reduciría el índice. El índice se encuentra en un rango entre 0 y 1, donde
cero representa los niveles más bajos en términos de desarrollo sostenible, que puede ser el
resultado de un bajo nivel de desarrollo humano, pero también de emisiones de CO2 y huella
de materiales muy elevadas. Mientras que un país que reporte valores cercanos a 1 implica que
ha alcanzado mejores resultados globales de sostenibilidad, interrelacionando adecuadamente
todas las dimensiones.
Dado que se analizan trece países de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay) entre
2006 y 2019, se combina la información de corte transversal (países) y de serie de tiempo,
dando lugar a estimaciones de datos de panel. Los datos de panel recogen la heterogeneidad de
las observaciones, ya sea producto de variaciones entre individuos (países) o del tiempo. Esta
heterogeneidad da lugar a dos tipos de estimaciones, de efectos jos o de efectos aleatorios, que
son el resultado de corregir los problemas de sesgos que genera la presencia de la heterogeneidad
no observada en la estimación.
De manera que la estimación de efectos jos propone que existe una correlación entre las
variables explicativas y la heterogeneidad no observada, que es corregida mediante las diferentes
de cada variable con respecto a su media, incluida la heterogeneidad, con lo cual se elimina
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
32
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
el sesgo. Mientras que los efectos aleatorios ponderan la media por un factor, partiendo de la
idea de que la correlación planteada por los efectos jos es cero. La selección de la estimación
más eciente o consistente, según el caso, se realiza a través de la prueba de Hausman, cuya
hipótesis nula es que se preeren los efectos aleatorios. En caso de rechazar dicha hipótesis,
escogiendo los efectos jos, es necesario realizar las pruebas de autocorrelación (Drukker,
2003; Wooldridge, 2002), y de heterocedasticidad (Greene, 2000).
Si se valida la existencia de alguno o de ambos problemas debe realizarse la estimación por
mínimos cuadrados generalizados para efectos jos, eliminando así la correlación serial o la
no varianza constante. Las estimaciones planteadas en el estudio, tanto para efectos jos como
para aleatorios, se basan en dos variables dependientes, el sdi (1) y las emisiones de CO2 (2),
en función de los pilares de la competitividad.
Donde los pilares vienen dados por las variables , que son: instituciones, infraestructura, entorno
macroeconómico, educación tanto a nivel básica como superior o universitaria, mercado laboral,
tamaño del mercado, tecnología, desarrollo del sistema nanciero, dinámica de los negocios e
innovación. En el caso del sdi se consideró la incorporación de las variables explicativas por
bloques, de manera de evaluar si el nivel de signicancia y el signo de la relación se mantiene
a medida que se incorporan el resto de las variables de cada dimensión.
De esta forma, la ecuación (1) pretende establecer la relación entre el índice de sostenibilidad
y los pilares mencionados esperando que, a medida que se mejoren los resultados de cada uno,
se logre un desempeño más óptimo en términos de sostenibilidad. En la ecuación (2) se estima
la inuencia de dichos pilares en las emisiones de CO2, si se logran mejoras en innovación que
conduzcan a procesos circulares, es de esperar que los niveles de contaminación se reduzcan y
en especial las emisiones de CO2.
Resultados
Partiendo de los resultados alcanzados en el índice de desarrollo sostenible de la región para el
período de estudio, en la gura 1 se observa el comportamiento de los países que mejoraron y
empeoraron su desempeño, destacando la experiencia de Costa Rica, que no solo se ubica en
la primera posición de América Latina, sino a nivel mundial, impulsado no solo por mejores
indicadores sociales y económicos, sino por reducciones signicativas de las emisiones de
CO2 y de huella de materiales. También han mejorado en términos de sostenibilidad Perú,
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
33
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Bolivia, Colombia y Paraguay.
Figura 1. Índice de desarrollo sostenible para los países que mejoraron o empeoraron sus resultados 2006-
2019.
Fuente: Datos tomados de Hickel (2020)
Con respecto a Uruguay, Chile y Argentina, los resultados sociales y económicos no han
compensado el costo en términos de mayores emisiones de CO2 y de huella de carbono, por lo
cual a nivel agregado se ha evidenciado un deterioro paulatino de la sostenibilidad. El resto de
los países analizados han mantenido un comportamiento similar a lo largo de todo el período
de estudio. Con el propósito de comprender el comportamiento de las variables en términos de
los países y del tiempo, se realizó un análisis estadístico para el panel, en el cual se considera
la media global de cada variable y sus desviaciones, que representan el comportamiento de la
heterogeneidad, tal como se muestra en la tabla 1.
Tabla 1. Estadísticas en panel de las variables relacionadas con la competitividad
Variables Media Desviación
estándar
Pilar institucional
Índice de
competividad
Pilar de
infraestructura
Pilar entorno
macroeconómico
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
4,3119
3,8389
4,1562
4,4845
5,0651
0,4124
3,7849
0,1928
0,4470
0,4132
0,2032
0,5120
0,4788
0,2221
0,3995
0,3600
0,1984
1,0877
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
34
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Fuente: elaboración propia.
Para el caso de las variables relacionadas a la competitividad, índice global (WEF, 2019) y
cada uno de los pilares, se observa que el promedio global se ubicó para los países estudiados
en 4,31, valor ligeramente superior a la media de la escala, destacando el comportamiento de
la educación básica (5,06) y el tamaño del mercado (4,57). En el caso de la educación básica,
América Latina ha intensicado sus esfuerzos por proveer educación y fortalecer las políticas
públicas de acceso y retención, lo cual se tradujo en la reducción de la tasa de analfabetismo,
mostrando resultados alentadores en términos de desarrollo humano.
Mientras que la innovación, la sosticación de los negocios, el desarrollo tecnológico y la
institucionalidad resultan los indicadores más débiles. América Latina se caracteriza por un
tejido empresarial asociado con micro y pequeñas empresas, cuyas restricciones presupuestarias
no dan cabida a la inversión en tecnología o a la incorporación de innovaciones importantes
en los modelos de negocios. Las barreras institucionales también son evidentes en términos
de inestabilidad política, poca claridad en las reglas y en los incentivos, sistemas jurídicos
debilitados, altos niveles de percepción de corrupción, que no permiten incentivar las inversiones
en desarrollos productivos y tecnológicos.
Con respecto a la heterogeneidad, en todos los casos las diferencias por países son más notorias
(mayor desviación) que las diferencias a lo largo del tiempo, resultado de que los procesos
requeridos para fortalecer el ecosistema emprendedor son de mediano y largo plazo. En cuanto
a las variables relacionadas con el desarrollo sostenible, en la tabla 2 se observa que el índice
Pilar educación
superior
Pilar mercado
laboral
Pilar desarrollo
financiero
Pilar desarrollo
tecnológico
Pilar tamaño del
mercado
Pilar sofisticación
empresarial
Pilar innovaión
Pilar educación Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
4,1253
4,1691
4,2674
3,8569
4,5721
3,9769
3,5999
1,0762
0,3287
0,5399
0,5287
0,1789
0,5118
0,4840
0,2262
0,5449
0,5114
0,2328
0,6188
0,6102
0,1933
0,7070
0,7055
0,1947
0,4889
0,4460
0,2331
0,6181
0,6036
0,2095
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
35
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
de desarrollo sostenible promedio del período estudiado se ubica en 0,76, impulsado por países
como Costa Rica, cuyos resultados en términos de sostenibilidad son los más altos de la región
y del mundo.
Tabla 2. Estadísticas en panel de las variables relacionadas con el desarrollo sostenible
Fuente: elaboración propia.
En términos de los indicadores de desarrollo humano las medias se ubican en 14,22 años de
escolaridad, lo que refuerza la idea anterior de una consolidación de los procesos formativos
en la región, y una esperanza de vida promedio de 75,24 años. Mientras que las emisiones
per cápita de CO2 representan 2,77 toneladas y la huella de materiales 12,15 toneladas per
cápita, llegando a ser a nivel mundial en algunos países, en ambos casos cercanas a las 50
toneladas per cápita. Al igual que en el caso de las variables de competitividad, los resultados
de la heterogeneidad son mayores a nivel de países que a lo largo del tiempo, evidenciando las
disparidades entre los países y las dicultades para alcanzar mejores resultados en el tiempo.
Este comportamiento trata de ser recogido en las estimaciones de datos de panel para, en primer
lugar, el índice de desarrollo sostenible, de manera que, considerando la agrupación en las tres
dimensiones, requerimientos básicos (instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico
y educación), eciencia (educación superior, mercado laboral, tamaño del mercado, desarrollo
nanciero y tecnología) y la dinámica de los negocios (sosticación e innovación), se estimaron
tanto en efectos jos como en efectos aleatorios.
Una vez comparados los resultados empleando la prueba de Hausman, en los modelos 1 y 2 que
incluyen la primera y segunda dimensión, se aceptó la hipótesis nula, seleccionando el modelo
de efectos aleatorios, mientras que el caso que se incorpora la dinámica empresarial y se estima
con todas las dimensiones (modelo 3), se escoge efectos jos, que, por presentar autocorrelación
y heterocedasticidad, requirió la corrección por mínimos cuadrados generalizados (MCG), tal
Variables Media
Emisiones de CO2
(toneladas per cápita)
Índice de desarrollo
sostenible
Huella de materiales
(toneladas per cápita)
Escolaridad (años)
Esperanza vida (años)
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
A lo largo del tiempo
A lo largo del tiempo
Total
Entre países
0,7619
2,7740
12,15857
14,2203
75,2483
Desviación estándar
0,0528
3,0490
0,0236
1,1549
1,1665
0,2662
7,3600
7,5433
1,1637
1,4603
1,3725
0,6198
2,8639
2,8175
0,9131
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
36
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
como se muestra en la tabla 3.
Tabla 3. Estimaciones de datos de panel para el índice de sostenibilidad
Nota: Valores entre paréntesis representan los errores estándar. El nivel de signicancia es menor al 1% (***),
entre 1% y 5% (**) y entre 5% y 10% (*).
Fuente: elaboración propia.
En el modelo 1, resultaron signicativas en la explicación del índice de desarrollo sostenible
los pilares de instituciones, entorno macroeconómico y educación. En el primer caso el nivel
de signicancia y el sentido de la relación se mantiene en los tres modelos, de manera que
una mejora de la institucionalidad reduce los resultados en términos del índice de desarrollo
humano, posiblemente como resultado de mayor crecimiento económico que se traduce en un
aumento de las emisiones de CO2 y de la huella de material.
Con respecto a la educación también se mantiene en los tres modelos como una variable
signicativa y con una relación positiva con el desarrollo sostenible, pues mejores niveles de
Instituciones
Modelo 1
Efectos aleatorios Efectos aleatorios Efectos fijos (MCG)
Modelo 2 Modelo 3
Infraestructura
Entorno macro
Educación
Educación superior
Mercado laboral
Desarrollo financiero
Tecnología
Tamaño mercado
Sofisticación empresarial
Innovación
Constante
Wald (Chi2)
R2 total
R2 entre países
R2 a lo largo tiempo
-0,0420*** -0,0311** -0,0118*
-0,0025
-0,0042
-0,0393***
-0,0224**
-0,0321**
-0,0087***
-0,0427***
-0,0162
(0,0132) (0,0137)
(0,0111)
(0,0119)
(0,0063)
-0,0447***
-0,0184***
-0,0173
(0,0122)
(0,0131)
(0,0080)
(0,0158)
(0,0127)
(0,0080)
(0,0132)
(0,0140)
0,0076
0,0017
(0,0072)
(0,0071)
(0,0065)
(0,0040)
(0,0073)
(0,0062)
(0,0071)
(0,0081)
(0,0078)
(0,0088)
(0,0082)
(0,0026)
0,0155***
0,0017
0,0073
-0,0153**
0,0097
-0,0104
0,0033
0,0248***
0,6637***
68,5***
0,24440,1521
0,2097
0,1978 0,0393
0,0641
51,55***
(0,0450)(0,0426) 0,7235***
32,56***
0,6968***
Rho
Breush- Pagan (Pooled)/
Prueba F
Hausman
250,44***
44,77***
336,65***
0,86020,8157
5,871,04
603,20***
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
37
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
educación contribuyen con el desarrollo humano y deberían elevar la conciencia hacia los
problemas ambientales. En cuanto al entorno macroeconómico, si bien resulta signicativo
en los modelos 1 y 2, no lo es en el modelo 3, aunque en los dos primeros casos la relación es
positiva de manera que más estabilidad económica redunda en mejores niveles de sostenibilidad,
impulsado principalmente por el aumento del ingreso per cápita y de las condiciones de vida.
Especícamente en el modelo 2, las variables de educación superior y tamaño del mercado
también son estadísticamente signicativas, pero no resultan serlo en el modelo 3. En el caso
de la educación superior, la relación, tal como se espera, es positiva, mientras que en el tamaño
del mercado es inversa.
De manera que, mercados mucho más grandes conduce a un crecimiento de la producción que
no es capaz de introducir prácticas amigables con el medioambiente, lo que conduce a mayores
niveles de emisiones y desecho de materiales. Por último, en el modelo 3, que incorpora todos
los pilares, además de la educación básica y las instituciones que ya fueran indicadas, resultaron
estadísticamente signicativas el desarrollo nanciero y la innovación.
Con respecto al desarrollo nanciero la relación es inversa, en el sentido que un mayor
fortalecimiento nanciero no conduce a mejores niveles de sostenibilidad, lo que pudiera
explicarse por una escasa innovación nanciera en términos de productos que incentiven
procesos responsables con el entorno y el ambiente, o por las limitaciones que existen en
América Latina para lograr la inclusión y la bancarización de la población.
En cuanto a la innovación, a pesar de ser el pilar menos desarrollado en la región, los esfuerzos
en esta área se traducen en mejoras signicativas en la sostenibilidad, que pueden ser producto
de mejores condiciones de vida. Si se analiza únicamente la variable ambiental del índice de
sostenibilidad relacionada con las emisiones de CO2, la estimación que resultó consistente y
eciente es la de efectos aleatorios, de acuerdo con la prueba de Hausman (tabla 4).
Tabla 4. Estimaciones de datos de panel para las emisiones de CO2
Instituciones
Infraestructura
Entorno macro
Educación
Educación superior
Mercado laboral
Efectos aleatorios
CO2 -0,0312
(0,1219)
(0,1206)
(0,1124)
(0,0759)
(0,1383)
(0,1188)
0,7978***
0,1757**
0,1214
-0,3250***
-0,0650
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
38
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Nota: Valores entre paréntesis representan los errores estándar. El nivel de signicancia es menor al 1% (***),
entre 1% y 5% (**) y entre 5% y 10% (*).
Fuente: elaboración propia.
Las emisiones de CO2 se reducen como resultado de mayores niveles de educación básica, de
infraestructura, de desarrollo nanciero, y del tamaño del mercado, pero aumentan por mayor
estabilidad macroeconómica e innovación. Lo cual podría ser producto de que la estabilidad,
tal como se indicó, conduce a crecimiento económico y no se traduce en sostenibilidad, al igual
que los procesos de innovación en la región.
Discusión y conclusiones
Tal como plantea la literatura, existe una relación de causalidad entre la competitividad a
través del ecosistema que la compone, y el desarrollo sostenible, visto desde las aristas social,
económica y ambiental, aunque las dos primeras se contraponen en algunos casos con el logro
de los objetivos de preservación de la naturaleza. El Foro Económico Mundial (WEF, 2019)
establece que en la medida que un país es más competitivo, producto de innovaciones orientas
a las mejores prácticas de sostenibilidad, tanto productivas como nancieras, disponga de una
mejor infraestructura, de mayores niveles de capacitación y escolaridad, un marco jurídico
que incentiva la responsabilidad social y ambiental, mejor será el desempeño en términos de
desarrollo sostenible.
A lo que sería necesario agregar la institucionalidad requerida para establecer políticas (Montañez
et al, 2011), tendientes a generar subsidios, incentivos en innovaciones e investigación “verde”,
desarrollos tecnológicos que reduzcan las emisiones de CO2 y de la huella de materiales, al
igual que los recursos desde el sistema nanciero que provean productos “ecológicos” (Acero,
Desarrollo financiero
Tecnología
Tamaño mercado
Sofisticación empresarial
Innovación
Constante
Wald (Chi2)
R2 total
R2 entre países
R2 a lo largo tiempo
Rho
Breusch- Pagan (Pooled)
Hausman
(0,1148)
(0,1162)
(0,1547)
(0,1547)
(0,1500)
(0,4389)
0,2440**
-0,0314
0,5423***
-0,5388***
-1,8906***
246,09***
0,0849
0,4233
0,4145
0,6090
8,24
0,9319
246,04***
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
39
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
1999), destinados a esa inversión en tecnologías limpias y procesos circulares (Almeida-
Guzmán y Díaz-Guevara, 2020).
Los resultados asociados a la estimación del índice de desarrollo sostenible deben analizarse
desde el impacto que tienen los pilares de la competitividad, tanto en las dimensiones económica
y social, como en la dimensión ambiental, entendiendo que la complejidad está asociada con
que los efectos en la mayoría de los casos se contraponen. Lo que podría representar una
inuencia positiva en términos económicos y sociales, podría generar impactos adversos en
la dimensión ambiental, deteriorando los resultados globales en términos de sostenibilidad
(Umaña, 2000).
Tal es el caso de los procesos de crecimiento económico que se han evidenciado en algunos países
latinoamericanos que, si bien han elevado los indicadores de ingreso per cápita, escolaridad
y esperanza de vida, cuando vienen asociados con modelos de negocios tradicionales que
no toman en cuenta la naturaleza, terminan disminuyendo los resultados de sostenibilidad.
Especícamente Chile, Argentina y Uruguay han experimentado un deterioro del índice de
sostenibilidad, producto de un aumento más que proporcional de las emisiones de CO2 y de
la huella de materiales, a pesar de haber alcanzado mejores condiciones de vida y de ingreso.
El resto de los países analizados, si bien mejoran en términos de sostenibilidad, proviene en
mayor medida del mejoramiento de las condiciones de vida y del ingreso per cápita, así como
las emisiones de CO2 y de la huella de materiales, pero estos se han incrementado menos que
proporcionalmente. El caso más destacado es Costa Rica, que se ubica en la primera posición
mundial en términos de sostenibilidad y ha hecho esfuerzos importantes por mantener los
niveles de contaminación e incluso reducirlos, aunque haya generado crecimiento económico
y mejores condiciones de vida.
Esta realidad de la región permite explicar los resultados obtenidos, que en términos del impacto
positivo sobre el índice de desarrollo sostenible corroboran la causalidad identicada en la
literatura al menos en términos de educación básica, estabilidad macroeconómica e innovación
(Collado-Ruano, 2017; Gallopín, 2003). Los resultados asociados con las mejoras en el acceso
y la prosecución en el sistema de educación básica son evidentes en la región, lo cual ha
impulsado la avance en términos de los elementos del índice de desarrollo humano, que es
el numerador del índice de sostenibilidad, pero también la estabilidad alcanzada en algunos
países incentiva el crecimiento económico y el ingreso per cápita, apoyada en procesos de
innovación que no necesariamente están asociados con la sostenibilidad, sino más bien con
modelos de negocios tradicionales.
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
40
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Esto se evidencia en los resultados que explican el comportamiento de las emisiones de CO2
que indican la relación inversa con la estabilidad macroeconómica, de modo que, si bien logra
impulsar el crecimiento y las mejoras en las condiciones de vida, no se traduce en mejoras
en términos ambientales. Tampoco la innovación logra esos efectos, pues la relación con
las emisiones de CO2 es inversa, indicando que están orientas a mejorar las dimensiones
económica y social, mas no el desarrollo tecnológico requerido para introducir las prácticas de
sostenibilidad e impulsar nuevos modelos de negocios.
Las limitaciones están asociadas con la institucionalidad y el desarrollo nanciero; en el primer
caso, las normas parecieran no incentivar los cambios requeridos en los procesos productivos
para la adopción de nuevas tecnologías, que en la mayoría de los casos o son inexistentes o
costosas, lo que podría ser explicado por el segundo factor que es el desarrollo nanciero.
Los mercados nancieros en América Latina son tradicionales, en el sentido que sus productos
están orientados a los créditos al consumo y a las medianas y grandes empresas, poco se destina
a capital semilla, o a productos “verdes” que fortalezcan las inversiones en tecnología ecológica
e incluso existen barreras importantes aún en los procesos de bancarización y de microcréditos.
De manera que los mejores resultados de sostenibilidad para la región, salvo el caso de algunos
países como Costa Rica, han estado apalancados por mejoras en los indicadores sociales y
en crecimiento económico, que han dejado de lado el componente ambiental vinculado con
las emisiones de CO2 y de huella de materiales, dadas las limitaciones experimentadas en el
tejido empresarial, la institucionalidad, la innovación y tecnología amigable con la naturaleza,
además del escaso desarrollo nanciero para incentivar la inversión en el área.
En este sentido, los países deben hacer esfuerzos por establecer planes nacionales de desarrollo
sostenible con metas e indicadores concretos de cumplimiento; legislar para limitar la huella
ecológica, controlar la contaminación y mitigar el cambio climático; otorgar incentivos
económicos y scales para que empresas e industrias adopten procesos sostenibles; incrementar
impuestos sobre actividades altamente contaminantes desincentivando su realización; desarrollar
políticas de movilidad urbana sostenible e invertir en transporte público no contaminante.
Además, promover las energías renovables eliminando subsidios a combustibles fósiles e
invirtiendo en tecnologías limpias; implementar sistemas de certicación ambiental para
productos, servicios y procesos sostenibles; incorporar criterios de sostenibilidad en todas
las compras y contrataciones públicas; invertir en educación ambiental y campañas de
concientización sobre sostenibilidad dirigidas a toda la población y establecer alianzas
entre gobierno, empresas, academia y sociedad civil para coordinar acciones a favor de la
sostenibilidad.
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
41
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
Referencias
1. Acero, H. (1999). Las instituciones nancieras y el desarrollo sostenible. Universidad y
Empresa, 1(1), 11-29.
2. Ahmadullina, A., Daryakin, A. y Kamalova, A. (2018). Desarrollo sostenible del ecosistema
nanciero en una economía verde. Dilemas contemporáneos: Educación, Política y Valores,
VI (número especial), 1-11.
3. Almeida-Guzmán, M., y Díaz-Guevara, C. (2020). Economía circular, una estrategia para
el desarrollo sostenible. Avances en Ecuador. Estudios de la Gestión: Revista Internacional
de Administración, 8, 35-57. https://doi.org/10.32719/25506641.2020.8.10
4. Arroyo, J. (2020). Débil competitividad e institucionalidad: El crecimiento no sostenible
del modelo informal. Latin American Research Review, 55(2), 266-277. https://doi.
org/10.25222/larr.376
5. Balkyte, A., y Tvaronavičiene, M. (2010). Perception of competitiveness in the context
of sustainable development: Facets of “sustainable competitiveness.” Journal of Business
Economics and Management, 11(2), 341-365. https://doi.org/10.3846/jbem.2010.17
6. Brundtland, G. (1987). Nuestro Futuro Común. Nueva York. EE. UU.: Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
7. Calleja, D., & Alquézar, J. (2020). Desarrollo Sostenible y Competitividad: La visión de la
Unión Europea. ICE Sostenibilidad para la competitividad, 912, 15-27.
8. Campo, L., Amar, P., Olivero, E., y Huguett, S. (2018). Emprendimiento e innovación
como motor del desarrollo sostenible: Estudio bibliométrico (2006- 2016). Revista de
ciencias sociales, 24(4), 26-37.
9. Collado-Ruano, J. (2017). Educación y desarrollo sostenible: La creatividad de la naturaleza
para innovar en la formación humana. Educación y Educadores, 20(2), 229-248. https://
doi.org/10.5294/edu.2017.20.2.4
10. Crespo, D., y Sabadie, J. (2020). Desarrollo sostenible y competitividad: La visión de la Unión
Europea. Revista de Economía, 912, 15-28. https://doi.org/10.32796/ice.2020.912.6962
11. Drukker, D. (2003). Testing for serial correlation in linear panel-data models. Stata Journal.
Myriam L. Merino-Rosero, Gladys A. Sabando-Murillo, Mery S. Siquihua-Aviles, Oscar B. Guadalupe-Arias
42
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
3(2), 168-177.
12. Frohmann, A., Herreros, S., Mulder, N., y Olmos, X. (2015). Sostenibilidad ambiental y
competitividad internacional. La huella de carbono de las exportaciones de alimentos.
Santiago, Chile: CEPAL.
13. Gallopín, G. (2003). Sostenibilidad y desarrollo sostenible: Un enfoque sistémico. Santiago
de Chile: CEPAL.
14. Gligor, D., y Jurcu, C. (2014). About competitiveness in the context of sustainable
development. Proceedings of the 8th International Management conference, Romania.
15. Greene, W. (2000). Econometric Analysis. Upper Saddle River, NJ: Prentice--Hall.
16. Gupta, J. (2002). Global Sustainable Development Governance: Institutional Challenges
from a Theoretical Perspective. International Environmental Agreements: Politics, Law
and Economics, 2(4), 361-388. https://doi.org/10.1023/A:1021387308065
17. Hickel, J. (2020). The sustainable development index: Measuring the ecological eciency
of human development in the anthropocene. Ecological Economics, 167, 1-10. https://doi.
org/10.1016/j.ecolecon.2019.05.011
18. Krstić, M. (2021). Higher Education as Determinant of Competitiveness and Sustainable
Economic Development. The Sustainability Debate Critical Studies on Corporate
Responsibility, Governance and Sustainability, 14, 15–34. https://doi.org/10.1108/S2043-
905920210000015002
19. Montañez, A., Domínguez, O. y Torres, D. (2011). La institucionalidad como soporte de la
competitividad. Repositorio de la Red Internacional de Investigadores en Competitividad,
5(1), 1149-1168.
20. Muñoz, R., y López, J. (2014). Propuesta de una nueva metodología para medir la
sostenibilidad y la competitividad: Aplicación a los países de la OCDE durante la gran
recesión. Revista de Derecho, Empresa y Sociedad (REDS), (4), 159-174.
21. Pascual, O. (2001). Desarrollo sostenible: ventaja competitiva. Qualitas hodie: Excelencia,
desarrollo sostenible e innovación, (73), 89-90.
22. Pérez, L. (2021). Entorno nanciero para el desarrollo sostenible de un adhesivo a través de
Competitividad y desarrollo sostenible: un estudio de datos de panel para América Latina
43
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, juridicas y administrativas, 7(12), pp. 24-43. Primer Semestre de 2024
(Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: https://doi.org/10.37135/kai.03.12.02
la bio utilización. RILCO DS: Revista de Desarrollo sustentable, Negocios, Emprendimiento
y Educación, 3(18), 24-28.
23. Sachs, J. (2015). La Era del Desarrollo Sostenible. Barcelona – España: Deusto.
24. Sánchez, C., y Moreno, A. (2011). Mercados de Trabajo Locales y Desarrollo Territorial
Sostenible. Trabajo, 23, 115-134. https://doi.org/10.33776/trabajo.v23i0.961
25. Sepúlveda, S. (2008). Metodología para estimar el nivel de desarrollo sostenible de
territorios. San José, Costa Rica: Instituto latinoamericano de Cooperación para la
Agricultura.
26. Solano, J., Pérez, M. y Uzcátegui, C. (2017). Metodologías de Medición de la Competitividad.
II Congreso Internacional virtual sobre desafíos de las empresas en el siglo XXI, 123-130.
27. Teletov, A., Nagornyi, Y., Letunovska, N., y Shevliuga, O. (2017). Competitive and
sustainable technological development: Focus on business enterprises. Journal of Security
and Sustainability Issues, 6, 491-500. https://doi.org/10.9770/jssi.2017.6.3(13)
28. Umaña, J. (2000). Evolución del concepto de desarrollo sostenible. Gestión y Ambiente, 9,
9-18.
29. Vergara, C. y Ortiz, D. (2016). Desarrollo sostenible: Enfoques desde las ciencias
económicas. Apuntes del Cenes, 35(62), 15-52.
30. Winchester, L. (2006). Desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América
Latina y El Caribe. EURE (Santiago), 32(96), 7-25. https://doi.org/10.4067/S0250-
71612006000200002
31. Wooldridge, J. M. (2002). Econometric Analysis of Cross Section and Panel Data.
Cambridge, MA: MIT Press.
32. World Economic Forum (2019). The Global Competitiveness Report 2019. Ginebra, Suiza,
pp. 666
33. Zeibote, Z., Volkova, T., y Todorov, K. (2019). The impact of globalization on regional
development and competitiveness: Cases of selected regions. Regional Development, 1(1),
33-47. https://doi.org/10.9770/ird.2019.1.1(3)