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& Timothy, 2001). En este sentido, reducir por ejemplo los niveles de percepción de
corrupción conlleva a un incremento del ujo de turistas, mientras que la corrupción
tiene un impacto negativo en la demanda de turistas (Poprawe, 2015).
En este marco, la literatura empírica ha propuesto analizar al turismo bajo otras variables
más complejas, como son: la competitividad de destinos (Gooroochurn & Sugiyarto,
2005), el terrorismo (Raza & Jawaid, 2013), crimen organizado, corrupción (Ekine, 2018)
(Papathanassis, Katsios, & Dinu, 2017), credibilidad política, efectividad del sistema
político, el sistema legal (Gozgor, Keung Marco, Zengc, & Lind, 2019), las políticas del
turismo (Roxas & Chadee, 2013) o los conictos políticos (Alvarez & Campo, 2013),
entre otros.
Estos estudios reconocen una evidente conexión entre las condiciones institucionales y
la demanda turística. Si bien es una actividad económica como cualquier otra, el turismo
es especialmente sensible al ambiente político (Das & Dirienzo, 2010). La inestabilidad
política, la corrupción, el terrorismo, un sistema legal deciente, el crimen organizado,
una inadecuada planeación gubernamental y subdesarrollada infraestructura turística,
socavan la competitividad internacional del sector turístico (Roxas & Chadee, 2013),
afectan el impacto económico y decrece el potencial turístico (Issa & Altinay, 2006). La
corrupción en el sector público, por ejemplo, puede ser una barrera para el desarrollo
turístico, debido a que los gobiernos corruptos tienen la riqueza, estatus o poder para
intervenir en los proyectos turísticos y reubicar los recursos que pueden dejarles
benecios personales (Yap & Saha, 2013), ignorando el bien común de la población.
En este marco, el objetivo del presente trabajo es aportar evidencia empírica sobre los
efectos de las condiciones institucionales en la llegada de turistas internacionales en
América Latina (17 países)
1
para el período 1996-2019, lapso de tiempo en el cual el
turismo ha tenido un destacable ascenso. Por su parte, Latinoamérica desde nales del
siglo pasado, ha mostrado con diversas intensidades la fragilidad de sus instituciones
políticas (Salas, 2017). En la región existe un creciente malestar social debido a la
persistente desigualdad en la distribución de los recursos, sumado a una percepción
de desprotección frente a múltiples riesgos poniendo énfasis en los riesgos de carácter
económico y laboral. Esto ha provocado, por ejemplo, la movilización social en diversos
años y países latinoamericanos (CEPAL, 2020).
1. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela.
KAIRÓS, revista de ciencias económicas, jurídicas y administrativas, 4(7), pp. 94-112. Segundo semestre
de 2021 (Ecuador). ISSN 2631-2743. DOI: 10.37135/kai.03.07.05